Huéspedes llegando

La cordialidad en Chascomús

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Se dice que las personas amables son aquellas que hacen de la delicadeza, la cordialidad, la empatía y la atención su carta de presentación. Ser amable y cordial es una cualidad en la que se combinan la comprensión y la generosidad. 

En otras palabras, se trata de la auténtica virtud de estar libre de malas intenciones. Las personas cordiales cuentan además con otros rasgos marcados como la franqueza y una gran sensibilidad hacia los demás. Pero, ¿cómo es la cordialidad en Chascomús?

La importancia en la vida cotidiana

En nuestra vida cotidiana necesitamos el valor de la cordialidad para desarrollar un ambiente más llevadero. Generalmente, cuando somos cordiales con los demás, habitualmente también somos más alegres

En Chascomús, por ejemplo, estas interacciones cotidianas reflejan una comunidad unida y respetuosa. Hablar con un vecino, saber cómo anda, qué hace, respetándose más allá de su condición social, política o religiosa, es una práctica común. 

Vecinas se saludan
Vecinas se saludan

En un mundo donde las grandes ciudades se caracterizan por el ritmo frenético y la desconexión social, Chascomús aún mantiene viva la esencia de la buena educación, el respeto y la amabilidad

En este pueblo, el espíritu de la cordialidad se puede palpar en cada rincón, seguramente porque perduran viejas costumbres, modos o simplemente gestos de educación que en las grandes ciudades se fueron perdiendo. 

Para algunos parecerá una antigüedad, pero en Chascomús es habitual saludar por la calle a una persona que no se conoce, así como decir buen día o buenas tardes al ingresar en cualquier lugar. Estas acciones, que en otros lugares podrían parecer obsoletas, acá son parte de la vida diaria y contribuyen a crear un ambiente más llevadero y agradable.

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Los turistas agradecidos

En este mismo sentido, el servicio al cliente en el turismo resulta crucial para que el viajero se sienta cómodo, acompañado y disfrute de su viaje. En general, el turista se encuentra en un lugar que desconoce y espera que el anfitrión le brinde la información y ayuda que necesita para una buena experiencia. 

Felizmente, esta necesidad es bien comprendida por los prestadores turísticos de Chascomús. Los habitantes del pueblo consideran al otro como un sujeto de respeto y de cortesía, aunque ese otro sea un desconocido.

Personas conversando distendidas
Personas conversando distendidas

¿Por qué esto es así?

Tal vez porque en un pueblo la vida es más tranquila y sencilla. Sus habitantes viven un poco más alejados de esas noticias innecesarias que nada tienen para aportar a su vida cotidiana. Además, se respira aire fresco y limpio todos los días, debido a que la contaminación es mínima. 

El ritmo de sus habitantes también es más lento, disfrutan el día a día y socializan con las personas que pasan a su lado. En los pueblos, todo el mundo se conoce y se cuida mutuamente, lo que hace que la sensación de comunidad y seguridad sea incomparable.

En nuestro caso, Chascomús es solo un testimonio de las virtudes humanas que aún persisten en los tantísimos pueblos del interior de nuestro país. La amabilidad, el respeto y la buena predisposición hacia los demás hacen de este lugar un destino encantador para los turistas y un hogar cálido para sus residentes. 

En un mundo cada vez más acelerado, la cordialidad de la gente que habita los pueblos es un tesoro que nos recuerda lo importante de la empatía y de la generosidad en nuestras relaciones diarias.

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